viernes, 11 de abril de 2014

Aphex Twin Revienta El Mercado Musical Sin Abandonar Su Guarida

Aphex Twin revienta el mercado musical sin abandonar su guarida | PlayGround | Actualidad Musical


Aflora en Discogs un 'test pressing' del álbum perdido de Caustic Window y las cifras se disparan. 500 afortunados podrán obtener una copia digital del disco antes de su subasta


Richard D. James lleva dos décadas cultivando con denuedo su leyenda de genio excéntrico y esquivo. Y a la larga, esa fama de weirdo iluminado paga. Y paga bien. Pero que muy bien.
Cuando nadie lo esperaba, cuando de hecho ya nadie parece acordarse de aquellas declaraciones de Steve Beckett (aka líder supremo de Warp) en las que confirmaba, hace ya más de tres años, que había un nuevo trabajo de Aphex Twin en camino, un usuario anónimo de Discogs se ha sacado de la manga una copia del álbum inédito de Caustic Window.
Caustic Window es el alias que nuestro raro favorito usó durante la primera década de los 90s para firmar un manojo de EPs (cuatro en total, recopilados en 1998 en Compilation) que oscilaban entre las vibraciones braindance, los sonidos de herencia hardcore-rave, el dub electrónico y un techno acidulante, de sonoridades metálicas y efecto astringente, que por momentos se acercaba a los terrenos de agresión propios de la música industrial.

Richard llegó a grabar un álbum como Caustic Window en 1994 que nunca llegó a ver la luz de forma oficial. Y un test pressing de ese disco es el que ahora ha emergido en Discogs. Se cree que existen otras cuatro copias iguales en el mundo, que estarían en manos de Mike Paradinas (µ-Ziq, capo de Planet Mu), Chris Jeffs (Cylob), Grant Wilson-Claridge (cofundador de Rephlex Records) y el propio Richard D. James. No hay más. Y ya sabemos lo que eso significa: un bien escaso es un bien caro. Suponiendo que exista demanda, claro. Y en este caso la hay, vaya si la hay.
En un primer momento, el afortunado poseedor de esa copia de prueba en vinilo del disco perdido de Caustic Window pedía 13.500 dólares por el fetiche, algo más de 9.700 euros al cambio. Pero en las últimas 24 horas su estrategia ha cambiado. El tipo, de común acuerdo con Rephlex, ha llegado a un trato con los responsables del foro We Are The Music Makers (WATMM) para lanzar una campaña de Kickstarter que permitirá a 500 personas obtener una copia digital del álbum. El precio final del trato se ha situado en los 8.368 dólares (algo más de 6.000 euros), por lo que cada una de esas copias digitales costará en torno a los 12 euros. Puedes leer más sobre los detalles de esa campaña, que aún está pendiente de lanzarse, aquí.
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Una vez que se hayan conseguido los objetivos de recaudación en Kickstarter, la copia física del álbum se subastará en eBay, repartiéndose los beneficios que se obtengan entre Rephlex y Aphex Twin (a ellos irá a parar un tercio del dinero, en concepto de royalties), las personas que participen en la campaña de crowdfunding (otro tercio a repartir entre todos) y una entidad benéfica que elegirán los propios usuarios de WATMM.
Hace pocos días RZA hablaba de la devaluación de la música (“hasta casi el punto de que se considera que debería ser regalada”, decía) frente a otras formas de arte al hilo del disco secreto de Wu-Tang Clan, ya sabes, ese del que sólo existirá una única copia presentada en una caja de lujo, y que además girará por museos, galerías y festivales antes de ser vendida. Bueno, casos como este de Aphex demuestran que para algunos el objeto físico-musical sigue teniendo valor. Incluso un valor desmedido. ¿Porque quién en su sano juicio estaría dispuesto a pagar 10.000 euros por un trozo de plástico que contiene una música que hay gente que asegura poseer ripeada en casete desde mediados de los 90s? ¿No es el culto al objeto, cuando éste se convierte en mercancía especulativa, otra forma de despreciar el valor de la música como expresión artística?
Quizás, como mantenía Walter Benjamin en Iluminaciones II, todo este delirio alrededor del coleccionismo de piezas únicas (y no tan únicas) tenga que ver más con el valor del objeto como mecanismo fijador de recuerdos. “Este o cualquier otro procedimiento es meramente un dique contra la marea viva de los recuerdos que explotan frente a cualquier coleccionista cuando contempla sus posesiones”, escribía Benjamin. “Todas las pasiones bordean lo caótico, pero la pasión del coleccionista bordea el caos de la memoria”. Un caos que a la larga termina saliendo muy caro.
Nosotros no vamos a pujar porque no tenemos ese dinero y porque, de tenerlo, preferiríamos gastarlo en muchas otras cosas antes. Pero no nos importaría hacerle al dueño del disco una oferta alternativa... Como dice un comentarista de la noticia publicada en Fact:
“I really don't have that kind of money. Can I just suck the owners cock instead?”
¿Trato?

Fuente: http://www.playgroundmag.net/musica/noticias-musica/actualidad-musical/aphex-twin-revienta-el-mercado-musical-sin-abandonar-su-guarida

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