Este año se cumplen 20 de muchos de esos discos míticos que aún hoy siguen siendo de importancia capital en escenas vivas. Con este especial queremos rendir un pequeño homenaje a todos esos álbums que aparecieron hace dos décadas y aún hoy siguen siendo capitales en la historia de la música electrónica. El especial estará dividido en dos partes con 10 discos en cada una.
Así que recordemos a bote pronto, para contextualizar el panorama musical de ese año en paralelo al techno: 1995 es el año de la explosión mainstream del nuevo pop británico que se dio a conocer como britpop, con Oasis y Blur como buques insignia de una escena que llena portadas de revistas de tendencias. Radiohead se prepara para coger el relevo con la publicación de su segundo álbum The Bends pero aún le queda un trecho para llegar a conseguir el status de hoy. No duraría mucho más el fenómeno del britpop, entre otras cosas porque muchos jóvenes indies entregan sus guitarras en pos del éxtasis químico post-rave que en ese momento empieza a ocupar estadios de fútbol con Chemical Brothers como primeros espadas con su debut en largo caliente, Exit Planet Dust que anima al baile a los que antes solo se atrevían con la agresividad del pogo.
Por otro lado, es el año después de la muerte de Kurt Cobain, es decir, nos encontramos en un momento en el que el grunge de raíz estadounidense está herido de muerte aunque Foo Fighters, Hole de la viuda del martir del grunge o Green day convierten al punk en una suerte de Disneylandia que triunfa en las listas. Pero también es el año de confirmación de divas de lo independiente y que van muy a la suya como Björk que publica su segundo disco, o PJ Harvey que presentaba por entonces su álbum To Bring You My Love con el que acaba de encandilar al gran público que en ese momento se prepara para disfrutar de ese gran invento que son los festivales masivos como el de Benicàssim que celebra ese verano su primera edición con valores del britpop como The Charlatans, Supergrass y otros de nuestra cosecha como los granadinos Los Planetas.
De hecho ese año empiezan a sonar nuevos nombres venidos de la efervescente escena de Gijón con Manta Ray como balladares de lo que estaba por venir con un primer álbum homónimo sin parangón entre los nuestros. El Niño Gusano también debuta ese año con su álbum Circo Luso. Lo mismo que Mercromina desde otro sello que empieza a despuntar en la época como Subterfuge. El indie patrio tiene hasta su supergrupo de rigor como Telefilme, con miembros de grupos tótem de la época como Penélope Trip, Beef o El regalo de Silvia, que entregan Fade in Fade Out en Elephant convirtiéndose en el mejor álbum nacional de ese año para la revista Spiral. Un año pues en el que el pop español le da un revolcón a la tradición amparándose en los riffs que venían de la Pérfida Albión.
Vamos pues con la primera tanda de álbumes que hace veinte años ya dejaron una impronta imborrable que en algunos casos llega hasta nuestros días.
Autechre – Tri Repetae (Warp)
Fecha publicación: 6 de noviembre de 1995
Con la portada del colectivo The Designers Republic como tarjeta de presentación, Tri repetae se convierte en el tercer álbum de los ex Bboys Autechre (en EE.UU. deciden lanzar una edición especial con el título Tri Repetae++ que incluía en su pack los incluyentes EP Garbage y Anvil Vapre). Estamos en un momento culmen para esa (aún hoy) abstracta etiqueta conocida como IDM que, por entonces, en nuestro país conocían los cuatro entusiastas de lo nuevo que se habían pasado por la primera edición del Sónar del verano de un año antes. Si algo ponía en solfa este álbum era que la sociedad había “progresado” lo suficiente como para ser capaz de decodificar esta música abstracta que conseguía inquietar sin necesidad de letra alguna que remitiera a una vida más allá del futuro (un futuro nada esperanzador teniendo en cuenta que como supimos entonces, en la localidad de donde eran originarios, Rochdale, uno de los primeros no lugares de la electrónica parda. Un satélite de Manchester, nunca pasaba nada que mereciera ser explicado; aunque Joy Division que también eran oriundos de por de allí ya lo hubiesen explicado bastante antes). Una música ideal para aquellos amigos del proselitismo en la era pre-internet, sobretodo protagonistas de la escena que tenían forma de llegar a discos como este Tri Repetae que es su punto de inflexión hacia formas mucho más abstractas, incómodas y dolorosas. A partir de este punto el lenguaje de Autechre se fue haciendo cada vez más hermético y más inaccesible. Para que nadie pudiera capitalizar su música. Ni siquiera los más snobs.
Goldie – Timeless (Metalheadz/FFRR)
Fecha de publicación: Agosto de 1995
De Rochdale a Wolverhampton de donde es originaria la estrella más controvertida que ha exportado el drum&bass surgido de las islas. Curioso que este disco llegara a impactar entre el gran público de este país pese a que el drum&bass y sus derivados no llegó a cuajar en su momento más que en unos puntos muy concretos de la península como Valencia, por ejemplo, y ya con los 90 bien entrados en años. El debut en largo de Goldie significó la entrada del jungle en los domicilios de muchos consumidores que quedaron anonadados antes el poder evocador de la música galáctica del artista de la dentadura de oro. Un álbum pretencioso ya desde el título. Timeless (el tema principal sube hasta el primer puesto de la revista Rockdelux que es una de las pocas fuentes de las que podían tirar los que estaban interesados en nuevas tendencias). Venía de publicar con su concepto Metalheads maravillas hardcore como ese Terminator en el sello Synthetic que para muchos es su obra culmen así hayan pasado los años. En un momento en el que Future Sound Of London están redefiniendo el ambient con efluvios folk y psicodélicos y en el que 4Hero tiró de la manta del drum&bass más arty, Goldie noqueó al público con una epopeya emocional qe soul del futuro que no fue capaz de superar en el futuro que él mismo ya había descrito en 1995. Y además podía mirarle a los ojos al techno de Detroit con esos strings y esas voces femeninas que retomaría Roni Size en su también muy celebrado álbum New Forms con Reprazent como escudero. Temas como Sea of Tears con ese punteado de guitarra de Neil Barnes que recuerda al new age, son doce minutos de nada, podrían ser pinchados este próximo verano en sesiones de balearic a orillas del mar. A los pocos años a Goldie se le podía ver tocando los bongos en las playas de Ibiza.
Leftfield - Leftism (Hard Hands/ Columbia)
Fecha de publicación: 30 de enero de 1995
A Leftfield siempre se le incluyó en el mismo grupo de bandas electrónicas capaces de enardecer a las masas como Chemical Brothers y Orbital (a los que también podrían acompañar The Prodigy que en un par de años lanzarán su álbum The Fat of The Land que se podrá escuchar hasta la saciedad en la radiofórmula). El primer álbum de esta formación que hace unos cuatro años devolvió a la vida Neil Barnes (ya sin Paul Daley) significó el inicio de la fiebre por lo que se entendía era progressive house. En el caso de Daley y Barnes, con un cierto toque tribal que era marca de la casa y que supuso el triunfo del baile mestizo tanto en la rave como en el club, amagando retazos de dub y una cierta perspectiva trance a la británica. La revista Q lo definió como el primer álbum redondo de esa primera electrónica para consumo masivo: “The first truly complete album experience to be created by house musicians and the first quintessentially British one". La mayoría de los temas incluídos en el álbum ya habían sido grabados en el periodo que va de 1992 a 1995 con la salvedad del single Not Forgotten que también quedó para el recuerdo.
Kenny Larkin - Metaphor (R&S Records);
Otra muestra de álbum que conjuga el techno con el jazz para llevaros a otros espacios y a otros tiempos. La segunda oleada del techno con denominación de origen en Detroit llegaba a su momento de esplendor a mediados de los 90. El segundo álbum de Kenny Larkin significaba su primer largo en un sello que aún hoy sigue en activo como R&S (el primero titulado Azimuth lo había publicado en Warp y el tercero no llegaría hasta nueve años después en Peacefrog: The Narcissist). Un álbum muy arty que abandona en algunos pasajes el beat en pos de una construcción sin parangón que a veces suena tan densa como una jam improvisada de jazz intergaláctica. Álbum de soul espacial que para muchos es incluso mejor que su predecesor Azymuth. Tal vez el álbum más maduro de Kenny Larkin, aunque no por ello menos épico (y romántico). Hace menos de una semana Rush Hour anunciaba la reedición de varios temas de algunas de las obras más significativas del genio de Detroit contando, claro está, con Metaphor del que se han devuelto a la vida hasta cuatro temas: Soulman, Nocturnal, Loop 2 y Sympathy. Pasará a la historia como el disco que nos recordaba que el techno es también metáfora de nuestra castigada alma. Pero que también somos puro sexo. Soul man.
Robert Hood – Nighttime World, Volume 1 (Cheap)
Fecha de publicación: julio de 1995
El rey del minimal en aquella época era Robert Hood que un año antes había debutado en largo en un sello europeo con trazas de emporio a la sombra de un gran club como Tresor con Internal Empire. Un año después incursionará sorprendentemente en un sello algo más modesto que se apuntará un tanto colosal: la por entonces desconocida escudería austríaca Cheap que por entonces comandaba Patrick Pulsinger. Nighttime World, Volume 1 tendría su continuación cinco años más tarde ya en su propio sello M-Plant, pero destilaba un sonido más pulido que no acabó de encajar del todo en los gustos de los seguidores que esperaban tal vez un nuevo Minimal Nation. Pese a todo ambas entregas poseen elementos comunes como esos arreglos inteligentes y complejos, algunos cercanos al jazz y otros al house, con esos ruidos extraños de naturaleza mecánica que usa como percusión en bastantes de sus temas. Aquello que dicen de hacer hablar a las máquinas. El triunfo de la austeridad.
Model 500 - Deep Space (R&S)
Fecha de publicación: 22 de Junio de 1995
Seguimos nuestro viaje por los pliegues sónicos más profundos del espacio con el primer álbum del alias Model 500 del pionero Juan Atkins que, además, en esta entrega especial se acercaba de manera interactiva al oyente en clave astrológica, muy acorde con el concepto del álbum. Todos los tracks cuentan con un número identificativo (M12 / M29 / M37…) y cada uno de estos números se relaciona con una posición estelar descrita en el packaging. Uno de los últimos intentos de embellecer la idea del álbum a través del envoltorio, una presentación de la obra del artista que poco después pasará a mejor vida con la llegada masiva del MP3. El tema que abre el álbum, Milky Way, está mezclado por François Kevorkian y con Kevin Saunderson como uno de los responsables de su diseño sobre plano. Otros de los tracks del álbum cuentan con la pericia de otro grande a los mandos como Moritz von Oswald que trabajó el disco en Love Park Studios de Berlín (también se grabó parte en los estudios de Axis en Nueva York y en los de Metroplex y KMS Studios en Detroit). El espacio como una autopista hacia el cielo y sus estrellas.
Tricky - Maxinquaye (4th & Broadway/Island Records)
Fecha de publicación: 20 Febrero de 1995
Tricky tuvo la suerte de ser vecino de Bristol que era la ciudad del momento después de la onda expansiva que suposo la publicación de los álbumes de sus paisanos Portishead y Massive Attack (formación con la que, por cierto, colaboró en sus primeros discos). Había nacido la etiqueta más controvertida de los dos últimos decenios del siglo XX: el trip hop del que algunos newcomers del momento abominan como se abomina con el tiempo todo lo que te acaba condenando. Recuerdo cuando a mediados de los 90 Barcelona parecía Londres y algunas tiendas del centro se miraban en las del Soho de la capital londinense. En todas esas tiendas de segunda mano como la del Camell se escuchaba trip hop. Con Tricky como sumo pontífice de una música que estilizaba y sofisticaba el mero arte de fumarse un porro. Nadie se los liaba mejor que Tricky en aquella época. Fue considerado disco de aquel año por la revista Rockdelux (que también coronó el debut de Portishead en 1994 y previamente el de Massive Attack en 1991, además disco de toda la década de los 90 para la revista barcelonesa). La reseña de la época (Rockdelux 118. Abril 1995) venía firmada por el uno de los hombres de Sónar, Ricard Robles, que como sabéis es periodista: “Detrás de las perturbadoras voces de Tricky y Martina –qué impecable complementariedad de registros y texturas– y más allá del denso compás rítmico –hip-hop-ragga-etno-thrash-funk–, se desarrolla una solapada apocalipsis del sampling, un soberbio caos que desmenuza cualquier influencia musical hasta reducirla a un calibrado efecto”.
The Chemical Brothers - Exit Planet Dust (Junior’s Boys Own)
Fecha de publicación: 26 de junio de 1995
El recopetín para los amantes de bailar en chándal. Los hermanos químicos publicaban su álbum de debut en 1995 que significaba la llegada del breakbeat y del big beat al público proletario que a partir de entonces abrazaría con fuerza la llamada del éxtasis. Lo de The Chemical Brothers fue algo así como esa papilla que te preparaba tu madre con todos los compuestos necesarios para una salud equilibrada. Los retales de los que vivían las composiciones de los Dust Brothers podían venir de tantos frente (“chemical beats”) que uno al final no sabía de donde le llegaban los tiros. Nos divertimos pero también aprendimos con este álbum, tanto como hicimos como con el Homework de Daft Punk: ambos álbumes encarados al consumo masivo pero con unos retales a base de muchos géneros distintos que empezaron a sonarle a un oído medio pre internet que nunca había tenido la oportunidad de escuchar hardcore, Chicago, electro, freestyle, rocksteady… . Que no os engañen, muchos os hablarán de Autechre, Orbital o Seefeel, pero la mayoría de los jóvenes de aquellos 90 entró en la electrónica a través de este Exit Planet Dust que se podía comprar en el PRYCA. Después llegarían sus multitudinarios directos en las primeras ediciones de Benicàsim en aquella explanada que simbolizaba el nuevo escenario post rave. El-proyecto sin forma del grupo electrónico que no toca instrumentos reales pero que cuenta con dos caras recurría además a los cameos al micro de celebrities del momento como Tim Burgess y Beth Orton. Una batidora sónica que venía a decir que en un momento en el que parecía que estaba ya todo inventado, lo que quedaba era saquear el legado para solaz del consumo masivo. Y hasta ahora.
Speedy J - G-Spot (Warp)
Fecha publicación: 27 de marzo de 1995
Su debut en largo como Speedy J había llegado un par de años antes en Plus 8 con Ginger (cópula de bleeps y ambient en un desparrame de la ciencia ficción de los primeros 90), así que en 1995 Jochem George Paap ya era todo un barón del techno y hardcore europeo. Su segundo álbum G-Spot que también publicaba Warp (a partir de los discos antes listados provenientes de la misma factoría ya os podéis hacer una idea de la cosecha de ese año que fue realmente espectacular). Si afinas la vista en la portada del álbum, podrás apreciar una pareja haciendo el amor en la posición del perro. Una de las posturas amatorias en las que se estimula con más intensidad el punto g al que hace referencia el título del álbum del neerlandés que en esta obra esquiva el sonido rave y adyacentes para enfilar un punto de no retorno en su carrera: el ambient más glacial e introspectivo de toda su discografía. A destacar ese clásico del ambient que lleva nombre de isla, Lanzarote, que como el resto del tracklist puso al ambient a salvo del chill out que se impondría en la sección de discos de los centros comerciales. Un disco etéreo que dejó descolocada a una audiencia de techno y house que no acabó de comprenderlo y eso que es bastante simple en sus formas.
Techno Animal – Re-Entry (Virgin)
Fecha de publicación: 20 de junio de 1995
Los raritos del dub a los que no les gustaba el reagge de Bob Marley les molaba Techno Animal. Uno de los proyectos a partir del cual empezamos a familiarizarnos con el hashtag illbient (otro de los nombres destacados a los que se relacionaba con esta manera de producir era Dj Spooky que debutaría un año después en un sello paradigma de este sonido como Asphodel). Justin Broadrick y Kevin Martin formaban el proyecto Techno Animal (el primero venía del metal en bandas como Godflesh y Napalm Death, mientras que el segundo contaba con experiencia en la banda también metalera e industrialera God). El doble álbum de casi dos horas nos proponía un código que por entonces sonaba muy especial, al reescribir el hip hop a partir de rebabas industriales fundidas con samplers y dub que más que humo mariguanero de una isla como Jamaica, desprendía toxinas propias de una sociedad post industrial como la que nos rodea. En esos momentos, la alegría del rave estaba dando paso a un momento en el que el zeitgeist empezaba a sentir los efectos de una bajona sin igual. Balada triste de trompeta con la participación de un tercer miembro, Jon Hassell, haciendo lo que puede por salvar nuestra alma con sus vientos. Por cierto que Kevin Martin haría carrera unos años después como The Bug (entre otro alias) que se ha hecho un hueco en el apartado post dubstep y cuenta con el favor de la prensa que le aplaude todo lo que va publicando como su último Angels & Devils que apareció en innumerables listas de lo mejor de 2014.
Fuente:http://www.clubbingspain.com/especiales/2015/01/20-anos-no-son-nada-discos-influyentes-que-cumplen-dos-decadas.html