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Escrito por David Puente | Publicado el 14.10.2014
Hacerse mayor es sinónimo de despedir a tus héroes. Entrar en la edad adulta era eso. Parece como si los que sobrevivimos a nuestros padres estuviéramos justo ahí para eso mismo. Alguien de los vivos tiene que reivindicarlos. Este 2014 parece diseñado justo para sobrevivir a nuestro pasado, a nuestro presente y quien sabe si a nuestro futuro. Ya lo decían esta noche pasada Modeselektor en su cuenta de Twitter: “Frankie Knuckles - Rashad - Spaceape…”. Si, y ahora Mark Bell. Hay gente que parece que no se va a morir nunca. Si, como Mark Bell. Lo cierto es que muchos son los que se han ido en un año que, sobretodo gracias al altavoz de las redes sociales, lo han hecho con un portazo bien estruendoso. Poco os puedo explicar de Mark Bell que no sepáis ya los que habéis entrado en este artículo. Rendir homenaje y silencio. Por suerte queda el legado que en el caso que nos ocupa cuenta con muy pocos pasos en falso.
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“Las primeras noticias que me llegan de la muerte de Mark Bell hacen referencia en su titular a sus trabajos para Björk y Depeche Mode y mi reacción inmediata es casi sublevarme: no es ese el legado de Mark Bell! Tras el impacto en caliente, luego uno recapitula y acaba aceptando que quizás sí, que, aunque el 99,99% de fans de Björk y Depeche Mode no saben quien era Mark Bell, la belleza y la radicalidad de sus oscilaciones de baja frecuencia han contribuido a transformar la música pop en algo más inteligente, divertido y arriesgado. Más allá de querer hacerle ahora justicia o de dilucidar entre muchos la trascendentalidad de su obra, prefiero volver a escuchar Frequencies y os invito a ello. El primer álbum de LFO supuso un tsunami físico y emocional, un destilado perfecto del techno de todos los tiempos y corrientes y, finalmente, una declaración de principios de cuánto y cómo la música electrónica iba a definir nuestra cultura popular”. Le agradecemos estas palabras a Ricard Robles, co-director de Sónar, escritas a unas horas indecentes de la madrugada del lunes 13 al martes 14 de octubre. Pedirle unas líneas a cualquiera, a según que horas de la noches, es un atraco a mano armada y hay que agradecerlo como se merece.
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Por cierto, suya es la entrada del 7 de septiembre del 97 en la que se anuncia concierto de Björk en la mítica Moviedisco de la avenida Meridiana con Mark Bell de fondo (si, hubo un tiempo en que los mejores clubs en Barcelona estaban en los confines del Eixample precisamente porque estaban muy lejos del centro). Y que contó con Howie B, Bono y The Edge como inquilinos del backstage del club de que por entonces tenía ni más ni menos que a un Dj llamado Ebola de residente (aka Sistema, siempre varios pasos por delante en lo suyo) y Dj Fra, años después director artístico del Primavera Sound.
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“Hemos recibido la muerte de Mark Bell con mucha tristeza. Un artista que siempre fue sinónimo de calidad máxima. Un auténtico pionero que sentó las bases en muchos campos de la electrónica. Nos enorgullece su paso por el Nitsa en 1997 y su actuación como LFO en el Primavera Sound 2012, cuando su enfermedad ya le afectaba. Ambas actuaciones fueron inolvidables y su música siempre ha sido una referencia. Sus producciones son únicas y atemporales, tanto como LFO, junto a Gez Varley, como en solitario. Creó muchísimas joyas eternas que han definido la música de club”, Fra Soler. El dj barcelonés, además, nos ha enviado un top 10 de temas que nunca han dejado de sonar en Nitsa desde que se editaron y que puedes ver a continuación:
LFO - Freak LFO - Syndrome LFO Versus F.U.S.E. - Loop Clark - Jak to Basics Fawn - Cycle Counterpoint - Soul Search Speed Jack - Storm LFO - LFO The Leeds Warehouse Mix y LFO Remix LFO - Mentok 1 LFO - We Are Back |
Es normal que la gente relacione a Mark Bell con Björk porque como productor Mark Bell nunca existió para el gran público de aquí. Un productor que hizo poco ruido y cascó muchas nueces. Puede que su recuerdo sea diferente en UK. Bell era de Leeds, de donde las warehouses, de cuando Leeds se quedaba a medio camino de cualquier cosa interesante (más o menos como Valencia cuando antes de la Ruta).
Son las cinco y media de esa misma madrugada del lunes al martes y en Twitter siguen apareciendo las condolencias en goteo constante. Ahora cae un tweet que me puede servir, el de la veterana publicación NME en el que recuerda una portada del 18 de enero de 1992 que llevaba por título: Don’t fear the bleeper (“No te asustes de los productores de bleeps”). Como una advertencia que dijera algo así como: “No tengas miedo del futuro”.
Una advertencia a los indies de principios de los 90 que aún no estaban familiarizados con lo que quisieran decir esos bleeps tan característicos de los primeros temas de Bell (en aquella portada se citaba también a otros seguidores de este sonido como Joey Beltram, ¿¡Moby!?, Altern 8, Prodigy, N-Joi y K-Klass. ¿Lo ven?. Mark Bell una vez más a desmano, en un popurrí de “celebrities stars” de lo que se supone eran los rescoldos de la primera o segunda era rave en las que algunos artistas están metidos con calzador para ganarse la atención del público que compraba revistas de tendencias que aún no eran del todo de tendencias. Incluso cuando se cuela en los Charts con su single homónimo que parecía demasiado futurista y alcanzó el Top 40 británico. Y estamos hablando de un b-boy de los de la primera hornada, como Autechre sin ir más lejos, metido a renovador de la escena techno británica que empezaba a salir escaldada de aquellas fiestas al aire libre.
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Mark Bell puso los bleeps necesarios para que el techno de Inglaterra tuviera más neuronas que los hooligans que empezaban a apreciar sus requiebros. Mark Bell era la encarnación de aquello que se llamó IDM. Intelligence Dance Music. ¿Y qué hay de inteligente en su música? Difícil si no seguimos su obra en toda su extensión. La suficiente inteligencia como para lidiar con una escena tan voluble y caprichosa como la electrónica de baile y que no haya ni un sólo pero que ponerle a tu carrera.
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Más o menos como en la escena de otra ciudad industrial venida a menos como Sheffield de la que se habla en este pequeño reportaje de más abajo en el que se toma a Warp como institución de toda esa movida alienígena que empezaba a posarse sobre un cierto mainstream (Mark Bell y Varley aparecen con 19 años recién cumplidos, ufanos de que su extraña música sacada de viejos sintetizadores se bailara y todo en las islas). El bleep es como el gorjeo del techno. Sabes que quiere decirnos algo pero si no conoces mínimamente se queda en eso. En un gorjeo indescifrable.
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La última vez que Mark Bell visitó nuestro país ya en solitario con su proyecto LFO. Hacía años había dejado atrás aquella tripleta titular de inicio formada por Gez Varley aka G-Man (que hace justo un mes colgaba en su Twitter una foto de LFO con Plaid y Aphex Twin en un alto de la gira japonesa de 1995) y Martin Williams (hasta 1990 acreditado en los primeros trabajos del proyecto). Su actuación fue en el Primavera Sound de 2012. Aquel año se anunció su presencia en el festival en una camada de artistas que incluía también a M83, Chromatics, Cuchillo, Dominique A, Jamie XX, M83, Marianne Faithfull, No More Lies y un largo etcétera que culminaba ese año como gran cabeza de cartel ya sabido con anterioridad, The Cure. Nada que ver con LFO.
Ese año a Mark Bell le tocó el escenario más alejado del núcleo central del festival, el escenario Mini, a un kilómetro y unos doscientos metros de donde teníamos el stand de scannerFM anclado en la feria (lo calculamos con un iPhone esa misma noche yendo para el directo de LFO que además coincidía con una trashumancia de espectadores que nos encontramos justo en sentido contrario porque había acabado no sé qué grupo). Fue una sorpresa que la dirección del festival se acordara ese año de Mark Bell que apenas había sacado nada nuevo que llevarse al contexto y además se prodigaba poco por los escenarios. Por eso fuímos hasta allí unos cuantos con mucha ilusión. Aunque yo ya me quería ir para casa. Pero había que ir a ver a Mark Bell. Porque no venía nunca. Porque nunca se sabe cuando volverá. El ambiente aquella noche en aquel remoto escenario ya era algo residual. Recordaba a un after destemplado. Pero es que la música de Mark Bell es de after hours (¿Que levante la mano el que no haya escuchado “Freaks” en un after?). El directo de Mark Bell acabó de arrasar con cualquier atisbo de civilización que hubiera osado acercarse a aquel recinto. La esencia del rave más salvaje en una hora de concierto demoledora. Ese día su afamada línea de bajo trabajó nuestros cerebros como si de una licuadora se tratase. Ni cuerdas de Bjork, ni gaitas. LFO en estado puro. La rave poligonera en el seno de uno de los festivales más cool del planeta (que por rarezas como la que recordamos hoy sigue siéndolo y de qué manera). |
Aquella masacre que acabó ahuyentado a los despistados nos dejó hechos unos zorros a los que ya íbamos avisados después de tres días de festival (calculen las distancias recorridas y los kilómetros en tres días de trashumancia sin parar). Se acabó el concierto a las tres y media de la madrugada de aquel ya domingo y entonces me dije: “Hasta aquí he llegado con el festival”. Efectivamente, el de LFO fue el último concierto que he visto en un Primavera Sound.
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Pero si queréis disfrutar de LFO en su mejor momento lo mejor es callar y darle al play en "La grande Arche de la Défense (Live in Paris 18.1.92)”, de los pocos directos registrados del proyecto que publicó la matriz gala de los almacenes FNAC.
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Aquí teneis otra toma directa desde Brighton en 2003, con un sonido más que decente: |
El productor Álex Martin, con el que hace poco celebrábamos los veinte años de su debut en FComm, le ha dedicado un tema que acompaña con unas líneas en inglés: “In memory of Mark Bell / LFO. Sometimes music, is the only way out of despair. This is was composed and recorded live after reading about Mark's passing away. He's been a big influence in my music and life”.
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Otro puntal de la escena de Barcelona como es Ángel Molina también nos ha enviado unas líneas de despedida a Mark Bell: “Tricky Disco, We Are Back, Loop, Frequencies…… Sin ser consciente de ello, la música de Mark Bell / LFO acompañaría (y haría más fácil, por qué no) mi traumática reconversión musical de principios de los 90´s. Gracias por ello. Pero más allá del cariño que le pudiera tener como artista, creo que Mark Bell fue un ejemplo perfecto de aquello que llamamos productor musical (uno de los pocos, Trevor Horn podría ser otro), y de la importancia del papel de éste en el trabajo de un artista. Quién me hubiera dicho a mí que acabaría comprando discos de la Björk, a pesar del malsonante tono de su voz.... Muchas gracias por tu inigualable contribución a la escena electrónica”.
Fuente: http://www.clubbingspain.com/especiales/2014/10/mark-bell-es-leyenda.html
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