Uno de los mejores clubes de jazz de Europa afronta su más que posible cierre
Al inapropiado horario de actuaciones impuesto por el vecindario han venido a sumarse los efectos de la crisis, acrecentada por la desorbitada subida de tipos del IVA y las interminables batallas contra la Administración por un quítame allá ésa terraza.Lo último: el anunciado fin del contrato de arrendamiento del local, que la propiedad pretende dedicar a otros menesteres.
Así las cosas, el futuro de uno de los 10 mejores clubes de jazz en Europa está hoy, más que nunca, en el aire. En un Madrid amenazado por la desertificación cultural, acaso quede Central, 30 años de jazz como el recuerdo postrero de lo que fue y no volverá a ser.
Todo empezó un 18 de agosto de hace 32 años. Un grupo de estudiantes de izquierdas involucrados en la lucha antifranquista, dieron en fundar el Café Central en la plaza del Ángel sobre lo que era un polvoriento comercio al por menor. El desencadenante, asegura Gerardo Pérez, socio y fundador, fue un disco de Led Zeppelin: “gracias a ese disco, que no me gustó nada, descubrí el jazz”.
Y lo que no es jazz. Que el escenario del Café Central se abriera a artistas como Javier Krahe, María del Mar Bonet o, últimamente, Zenet y Silvia Pérez Cruz, causó no poca perplejidad en el aficionado al jazz, que veía en ello la usurpación de un espacio propio en beneficio de quién sabe qué oscuros intereses, cuestión ésta felizmente superada
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