lunes, 10 de enero de 2011

KLF Una Historia Diferente

Esta es una historia bastante peculiar, de dos tipos ingleses que a finales de los 80 y principios de los 90 revolucionaron la industria musical inglesa, en la escena de baile y que cuando estaban en su punto más popular y de éxito desaparecieron.

Seguramente no los conozcas por nombre, o a lo mejor te suene alguna de sus canciones de tu época de juventud o hermanos mayores.

Lo que sin duda te va a sorprender es el desenlace que tuvieron cuando decidieron terminar con todo con la quema de un millón de libras.

Genios o locos tu decides lo que no te dejara es indiferente.


La culpa la tuvo la Illuminati Trilogy




Bill Drummond y Jimmi Cauty eran dos tipos inmersos de algún modo en la industria musical británica: Bill por su parte era el co-fundador de Zoo Records y había sido el guitarrista de la banda Big In Japan, así como el mánager del grupo de post-punk Echo & The Bunnymen. Jimmy por su parte era el guitarra de Brilliant!, un trío que pasó sin pena ni gloria por la historia de la música, pero que llegó a firmar para WEA Records, sello del cual Drummond ejercía de A&R. En esta etapa, Cauty y Drummond empezaron a descubrir que compartían visiones similares sobre la vida. Entre estas coincidencias de pensamiento, debemos destacar que ambos compartían una pasión por una misma novela: The Illuminati Trilogy. Esta trilogía no forma parte de la rescatada colección de escritos de algún misterioso escritor medieval, sino que fue escrita en 1975 por Robert Shea y Robert Anton Wilson. Esta saga revelaba los misterios de nuestros tiempos -como quién había asesinado a Kennedy o Luther King- mezclado con las alucinaciones propias de un viaje psicotrópico, y aderezado con sórdidas historias de sexo y violencia. El todo mezclado de hechos reales y ficticios, numerología, contracultura manifiesta, imaginería católica, conceptos científicos y surrealismo daliniano a la par que enfrentando continuamente "el bien contra el mal". Toda una trilogía experimental que se basó en los pensamientos del autor Robert Anton Wilson, cuyo punto clave viene a ser algo así como que en la vida hay que ser escéptico pero de mente abierta. Pero ahí no es todo: en esta novela se encuentra un lío monumental de creencias filosóficas de las cuales sus autores adoptaron una gran gama de recursos y referencias. Estas referencias provenían de corrientes de pensamiento que iban desde el ocultismo al solipsismo pasando por el libertarianismo, el anarquismo y las dos favoritas de nuestros protas de hoy, el situacionismo y el discordianismo. De hecho, unos de los protagonistas de la novela eran el grupo de los discordianos, que guiados por el enigmático Hagbard Celine, mantenían una eterna batalla contra los Illuminati, una organización conspiratoria que controlaba el mundo en secreto. Resumiremos rápidamente que el discordianismo es una religión moderna que reconoce el caos y la discordia como atributos necesarios a la vida, oponiéndose así al resto de religiones que normalmente buscan el orden y la armonía. Como dice la Wikipedia: "Uno de los objetivos del discordianismo es demostrar en su día a día el absurdo de los dogmas religiosos." Religión del absurdo que dicen sus detractores, anarquismo post-moderno que dirían otros. Por su parte, el situacionismo es un movimiento formado en 1957 por grupos de arte vanguardista como la Internacional Letrista o el Movimiento para una Bauhaus Imaginista basado en la "creación de situaciones" y cuyo resultante fue la Internacional Situacionista, una asamblea de dichos grupos en pos del deseo de revivir el potencial político radical del surrealismo mediante la creación de situaciones. Una especie de religión surrealista propia de Dalí, y que sin duda habrían adoptado los cómicos absurdos como Monthy Pythons o el proto-situacionista y genial Andy Kaufman.


Así pues tenemos en la creación de situaciones y la continua búsqueda de la demostración de lo absurdo dos de las filosofías favoritas de nuestros campeones de hoy, que sin duda nos ayudarán a esclarecer muchas de sus acciones como grupo musical o colectivo artista. Y es que esta novela y sus muchos mensajes marcarían el camino a seguir al nuevo grupo de nuestra especial pareja. Casualmente los dos miembros de los futuros The KLF estuvieron en contacto con una de las adaptaciones de la novela al teatro obra del director Ken Campbell para el National Theatre Of London. Bill Drummond diseñó decorados para dicha obra mientras que Jimmy Cauty acudiría a visionarla como público.


The Justified Ancients Of Mu Mu


Volviendo a la historia de nuestro grupo, hacia finales de 1986 Drummond recupera la lectura de la obra y al mismo tiempo comienza a sentir curiosidad por el hip-hop, estilo popularizado en la isla gracias al maxi Buffalo Gals del ex-manager de los Sex Pistols y recientemente fallecido Malcom McLaren. En esa época Drummond estaba muy rallado debido al próximo cumplimiento de su 33⅓ cumpleaños (como la velocidad de un vinilo) y necesitaba en sus palabras "una revolución en su vida". Dicho y hecho, Drummond llama una tarde a Cauty y le suelta algo así como "tío, vamos a montar un grupo de hip-hop inspirado en la Trilogía de los Illuminati y que se va a llamar The Justifieds Ancients Of Mu Mu aka The JAMs, como los personajes de la novela". Drummond que era más bien un músico convencional, necesitaba de un compañero que aparte de compartir su singladura, tuviese conocimientos musicales tecnológicos, ya que lo que quería montar era un grupo vanguardista, y en ese momento la vanguardia era el hip-hop, un estilo nacido en la calle que desafiaba las convenciones de la industria musical mediante creatividad y un uso exagerado de las nuevas tecnologías, las cajas de ritmo y los samplers.



Los Justified Ancients Of Mummu eran en la novela uno de los grupos de discordianos que se habían infiltrado en los circulos Illuminati para nutrirles de informaciones falsas, un nombre que no había sido al azar y que marcaría las actuaciones siempre controvertidas o absurdas de nuestra pareja en la industria musical. Los JAMs fueron junto a grupos como M/A/R/S/S o The Art Of Noise pioneros en la utilización del sampler como eje central del estudio, como caja de Pandora de la que saldrían imposibles collages musicales y que llegó a ser considerado por muchos como un género en sí mismo, la sampladelia. Su primer tema fue un claro ejemplo de esto, el single All You Need Is Love es un robo manifiesto de muestras provenientes del tema homónimo de los Beatles y del Touch Me (I Want Your Body) de la turgente Samantha Fox. Debido a los robos indiscriminados, los JAMs tuvieron problemas en encontrar un sello que les publicara, aunque al distribuir sus discos a la prensa llegaron a ser single de la semana para la revista Sounds. Fue en 1987 cuando publicaron su primer disco, 1987 (What the Fuck Is Going On?) cuando empezarían sus primeros conflictos con la industria, conflictos nada casuales y con un profundo poso situacionista, como veremos a continuación: El tema The Queen & I sampleaba descaradamente el Dancing Queen de ABBA, y cuando este llegó al entorno de los suecos su venta fue prohibida y las copias volvieron a la fábrica. Por supuesto nuestros hombres no se quedaron de brazos cruzados y decidieron acercarse a Suecia con un reportero de la revista NME para entrevistarse con ellos. Como no lo consiguieron, quemaron la mitad de las copias en un descampado y el resto las tiraron al mar del norte en un ferry de vuelta a casa. Con dos cojones.



Su etapa como The Jams se resumiría musicalmente en los raps con voz nasal con mensajes absurdos de Drummond sobre bases de 808 y sampleos descarados, desde temas clásicos de estrellas del pop a cantos africanos pasando por un sinfín de bandas sonoras y sonidos bizarros. Una especie de mezcla caótica de referencias pop y ritmos entre el sonido del Rockit del señor Hancock y Run DMC, el todo rapeado a lo Beastie Boys y las temáticas absurdas propias de un Kool Keith filósofico-intelectual que por aquel entonces ni había nacido musicalmente. La prensa por aquel entonces los titulaba los "paladines de la cruzada del sampler" y demás emolumentos de corte activista anclado en la libertad musical, abolición de la propiedad privada de muestras etc. Títulos a los cuales ellos renunciaban mientras negaban una manifiesta intencionalidad al más puro estilo discordianista. Otra vez geniales. Debido al ruido hecho con las anécdotas extramusicales, los Jams tendrían tiempo de sacar un segundo álbum de título premonitorio llamado Who Killed The Jams? Esto era el año 1988, año en que la revolución rave tomó los UK y año en el cual los JAMs añadirían al hip-hop ritmos más acordes con la incipiente revolución house.





The Timelords


Los tipos cambiaron su nombre de grupo a The Timelords y sacaron un nuevo single llamado Doctorin' The Tardis que llegó a ser número uno en los UK. Este tema era una especie de pantomima musical que giraba en torno al robo de muestras de un tema de banda sonora de la película Dr Who de The Sweet y otro sampleo del Rock and Roll (Part Two) de Gary Glitter. Digamos que este single les llevó a cuotas de popularidad insospechadas y les hizo abandonar su propuesta underground por caminos más comerciales, aunque uno imagina que lo hicieron deliberadamente para llegar a un mayor público y probar en sus carnes el escaso gusto musical impuesto por las listas de éxitos ridiculizando irónicamente la industria en general. Uno diría que todo esto fue una gran broma, pero es que el tema era de un gusto tan dudoso que de dudoso se volvía absurdo, y en un intento por hacer algo esperpéntico y llamar la atención, pusieron en los créditos de disco a su coche Ford Timelord (otro evento de corte situacionista). Algo así como nombrar caballo a tu senador, pero sin estar loco como Calígula e intencionadamente. Esta teoría sin duda es confirmada por la publicación un año después de su libro The Manual (How to Have a Number One the Easy Way), un auténtico manual de como llegar al número uno de listas de ventas de cualquier manera, esto es sin talento ni dinero. El libro era un manual que se adelantaba unos años a la era de los estudios caseros y servía a Drummond para cagarse en la industria musical y exhortar a los jóvenes a saltarse sus leyes a la torera. Antes que un manual fue un libro visionario que encajó como un guante en los dictámenes de la revolución DIY emprendida por el movimiento rave y la cultura de maxis piratas nacida en esa época y en ese país. Otra vez dando en el clavo, otra vez geniales, y ya iban unas cuantas.



Los Kopyright Liberation Front o King of the Lower Frequency

The KLF fue la última aventura musical de nuestros amigos, esta última basada exclusivamente en la música dance o música electrónica. Como finos olfateadores, tenían un instinto primario que les indicaba hacia donde girar y el momento en que debían hacerlo. Por ello estuvieron en el rap cuando el rap pegaba, en la sampladelia cuando esta emergía, en la cultura DIY cuando estalló la sub-cultura rave y en la música dance cuando esta empezó a hacerse popular. Unos maestros del momentum, del zeitgeist, un olfato que les ponía siempre en el ojo del huracán, y podemos decir que para bien o para mal, desde sus inicios en 1987 hasta su retirada en 1992, vivieron instalados en él.




Con su alias The KLF nuestra pareja vivió su momento más brillante a nivel de creatividad musical y participaron activamente en la creación en muchos subgéneros de la electrónica que hoy conocemos, desde el trance hasta el ambient-house. De hecho The Orb, el grupo al que se le atribuye la invención de este sub-género, fue creado inicialmente por Jimmy Cauty y Alex Patterson que juntos pinchaban una mezcla de electrónica setentera entre Brian Eno, Pink Floyd, mucho kraut espacial y hasta cosas de Kraftwerk en las noches The Land Of Oz en el Heaven londinense, siempre con querencias cósmicas y ensoñaciones ambientales de corte psicodélico. Esto motivó a Cauty a sacar el disco del proyecto Space de título homónimo junto a Patterson, disco que es considerado por muchos el primer disco de The Orb. Esta nueva dirección llevó a los KLF a abandonarse al ambient tomando algunos rasgos del house y sacar una de las maravillas que ha dado este género a lo largo de los años: el magnífico Chill Out. Una maravilla espartana (parca en sonidos) de corte baleárico-cósmico que aunaba ambient y psicodelia relatando una epopeya mágica por el sur de los EEUU. El todo cuajado con el humor absurdo característico del grupo ejemplificado en la mezcla de golpes de sintetizador viajero con sampleos de sonidos de ovejas y pájaros, pero también cantantes famosos como Elvis o Fleetwood Mac y el todo distorsionado por el pedal de guitarra. Brillantes, otra vez.




Pero si bien esta etapa ambient fue fecunda y brillante, fue con The White Room con el que se quedarían en la retina de las masas por las décadas venideras. Este disco iba a ser la banda sonora de una road-movie del mismo nombre que nunca se llegó a terminar de rodar, así como iba a ser la primera parte de una saga cuya continuación iba a ser The Black Room, mucho más oscuro y duro. Esta segunda parte nunca llegó a rodarse por el abandono de The Klf de la industria. Su base musical anclada en el house para masas con toques acid como demostraron en Last Train To Trancentral, 3.am Eternal o What Time Is Love? les catapultó a las maletas de los dj's más prestigiosos y a las listas de ventas. De hecho, el nombre del género stadium-house proviene si no me equivoco de su trilogía audiovisual de videoclips de larga duración titulada Waiting, The Rites of Mu, and The Stadium House Trilogy. Los KLF también participarían en el alumbramiento del trance como bien indica el titulo del tema Trancentral Lost In My Mind y llegaron a ser remezcladores de éxito llegando a ser solicitados por entre otros Depeche Mode y Pet Shop Boys. Fue en esta época cuando nuestros amigos actuaron en una rave en Oxfordshire y continuando sus teorías situacionistas, tiraron 1000 libras en billetes con la inscripción "Children We Love You" impresa en los mismos. Histriónico y otra vez genial.




The End


Las anécdotas finales tienen su enjundia y buena dosis de provocación y por si solas bien merecen un especial de los gordos, no cabe duda. Sin embargo uno no podía dejarse arrastrar por el sensacionalismo de corte anti-capitalista y olvidarse de que lo importante en su carrera, manifiestos y bromas aparte, fue su música.



Los KLF en 1992 estaban partiendo la pana con los singles del White Room, cuando fueron invitados por los Brit Awards a tocar en la entrega de premios. Para quién no lo sepa, los BRITs son los premios de la industria musical británica y por aquel entonces tenían fama de conservadores y estancados, unos premios bastante rancios que tenían a bien premiar habitualmente el conformismo musical de la industria y como dice uno de los comentarios del vídeo en youtube, "veían a gente como Phil Collins como artistas subversivos". Para asegurarse de que su actuación fuera sonada, decidieron llamar para una colaboración a Extreme Noise Terror, un grupo de grindcore muy ruidoso y desagradable (al menos para uno). Dicho y hecho, los KLF adaptan su bella 3.A.M Eternal en una amalgama de ruido insufrible producido por las guitarras y baterías de los E.N.T y salpicada por gritos guturales e infrahumanos. Consciente de que el público de dicha gala está formado por las más altas inminencias de la industria musical británica, al final Drummond agarra una ametralladora y se pone a disparar balas de fogueo contra los asistentes en lo que fue toda una declaración de principios: matar a toda la industria, aunque simbólicamente, claro está. Solo hay que ver las caras de la audiencia para darse cuenta lo poco acostumbrada que estaba esta gente a que se riesen en su cara. Justo al acabar la actuación se escucha la voz de su manager que anuncia que "Los KLF abandonan la industria musical". Lástima que fueran de fogueo, pensaron muchos jóvenes británicos. Pero ahí no quedó la cosa, sino que además en la alter-party del evento nuestros amigos tiraron una oveja muerta desde el escenario con el mensaje "I died for ewe—bon appetit" inscrito en el cadáver. En realidad su íntimo deseo era arrojar cubos de sangre animal a los asistentes, aunque los E.N.T lo prohibieron al ser ultra-veganos. Si esto no es situacionismo y discordianismo elevado a la enésima potencia, es una de las mejores bromas absurdas que se le ha ocurrido a un dúo musical electrónico, el colofón de una carrera musical brillante e hilarante. De hecho la mayor gracia de todas es que además del pollo que montaron, les dieron el premio a la mejor banda británica compartido con Simply Red. Para más inri, dicho premio fue encontrado unos meses después enterrado cerca de Stonehenge por un granjero en otro acto de desprecio supino de nuestros amigos a la industria. Efectivamente, si bien nadie se lo creyó en el momento, los KLF decidieron retirar todo su catálogo musical a la venta y dejaron definitivamente de hacer música, al menos como The KLF. En cinco años de carrera habían puesto patas arriba la industria y dado que hablar en centenares de artículos en las mejores revistas. Uno puede preguntarse porqué lo dejaron, pero si volvemos al principio, todo estaba claro: probablemente se hartaron de andar en la cuerda floja de la industria, por una parte desmontándola y por otra siguiéndola el juego, un juego demasiado ambiguo. Imagino que ya tendrían decidido dejarlo y el último show no fue sino otra gran broma, una situación increíble. Muchos consideraron a los KLF simplemente como eso, como una gran broma, sin llegar a creerse sus intenciones musicales. Uno cree que pudo serlo, pero sin duda por el camino también nos dejaron álbumes de gran calidad y buenas dosis de humor surrealista y espíritu transgresor, cosa que buena falta le hacía a la vieja industria musical británica. Lo repito: unos genios, oiga.

La KLF Foundation y la Historia del Millón de Libras.


Para acabar el especial, bien merece una mención su reconversión de grupo musical a fundación artística con la KLF Foundation. Después de lanzar mil libras en billetes a los ravers, su bizarra afición por tirar el dinero no iba a quedarse en una simple anécdota sino que tomaría un cariz de proporciones dantescas. Al dejar la música los KLF decidieron practicar sus gansadas con la industria artística como blanco. Por ello decidieron crear el premio K Foundation Art Award que iba dirigido al… ¡peor artista del año! Lógicamente la ironía Klfiana dictaba que este premio no podía recaer sino en la afortunada ganadora del premio Turner al Mejor Artista del Año que ese año iba a ser Rachel Whiteread. Toda una declaración de principios: el arte es subjetivo y lo que a alguien le puede parecer genial a otro le parecerá una mierda. Para ello decidieron darle un cuadro con 40,000 libras (¡el premio de Turner era de 20,000!) clavadas a un marco de madera de pino que iba a ser quemado si la artista no lo aceptaba, cosa que hizo pronunciando estas irónicas palabras: "que gran honor". Pero si esta anécdota es absurda, esperen a oír la siguiente. La quema simbólica de objetos tenía un gran valor para los KLF. Ahí estuvieron su quema de las copias retiradas de su disco 1987 (What the Fuck Is Going On?) por samplear a ABBA. La foto de la quema conformaría la contraportada de su siguiente disco Who Killed The JAMs? y sería luego referenciada en su canción Burn The Bastards. Más claro agua.



Los KLF habían ganado un pastón con la venta de sus discos y sobretodo de sus singles "hasta llegar a amasar 6 millones de libras, de las cuales la mitad se fueron en impuestos y el resto en costes de producción de nuestros proyectos, y como paramos de hacer proyectos, todavía nos quedó un millón de libras de los royalties que se iban generando" le dijo Cauty a un periodista de la revista australiana Big Issue. Desde luego, y vista su carrera, los KLF no iban a consumir ese dinero como cualquier estrella del rock, esto es en caprichos tontos, una casa o cualquier otra cosa típica. Tampoco iban a regalarlo como pensaron en un primer momento a artistas sufridores o necesitados (strugglin' artists), porque realmente el punto de los artistas es que sufran, sino, no habría arte. También pensaron en exponerlo como cuadro en la Tate Gallery cosa que rechazaron los responsables de la galería y también en exhibirlo en un tren a través de Rusia, idea que naturalmente tampoco cuajó debido a la dificultad de asegurar ese dinero ante la intención de robo de las bandas de la estepa de dicho país.



La idea de quemarlo vino finalmente en el séptimo comunicado de prensa de la K-Foundation en la que apareció la pregunta ¿Que haríamos con un millón de libras? Quemarlas. La idea surgió al parecer tomando un café. Ninguno de los dos encontraba que hacer con la pasta y tomando un café Jimmy dijo "¿por qué no la quemamos?" como deseando que Bill dijera… "no, haremos esto o lo otro" cosa que nunca dijo y que quedó como una gran idea. Dicho y hecho, cogieron al periodista Jim Reid, y a su amigo Gimpo para que filmara el acontecimiento y se fueron hasta la Isla de Jura, donde quemaron el millón de libras. El asunto duró una hora y fue "aburrido" en palabras de Reid. ¿Qué querían demostrar los KLF con esto? Pues como siempre mitad provocación, mitad integridad, mitad genialidad. Los tipos al hacer esto se cubrían el culo ya que en el futuro siempre serían reconocidos como "los tipos que quemaron un millón de libras", lo cual podría abrirles la puerta de los medios cuando quisieran. Ellos dicen que no saben porqué lo hicieron, que simplemente creían que era lo correcto. Otra situación más. Otra genialidad más. Y aquí nos quedaremos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha dejado fascinado este artículo, no solo por el contenido y sus acontecimientos que son para alucinar, sino de la época en que ocurrieron. Destapar la verdad que parece como se muestra aquí, hoy sería casi imposible y muestra de ello, como infinidad de artistas se han convertido en mano derecha de los gobiernos.
¿Pero cuanto tiempo llevamos viviendo esta mentira? es para carece de culo una y otra vez.
Felicidades.

cuantico dijo...

A mi tambien me atrpao esta biografia.
Se ve como habia gente que sabia lo que habia e intento denunciarlo a su manera y supo salirse a tiempo de la industria musical que a fin de cuentas son los mismos que. manejan todas las demas industrial del mundo
Esta claro que hoy en dia cada vez es mas dificilque ocurra algo en el mundo de la musica los supuesots artistas que dennucian algo son oposicion controlada que denuncian solo lo que interesa por poner un ejemplo lo que ocurre en España que solo se oye a los del no a la guerra por que intersaba ene se momento y siempre los mismos los que se mueren de hambre.
Ejemplos como este de gente que triunfa y es capaz de dejarlo todo por no seguir en algo en lo que no estan de acuerdo deberia de ser algo normal y no algo excepcional