jueves, 5 de marzo de 2015

Stephen Morris De Joy Division: “Nunca Tuvimos La Oportunidad De Hacer El Puto Tercer 'Album”

La historia de Joy Division es definitivamente una de las más interesantes de la historia del pop y del rock, no solo por la consabida tragedia de la prematura desaparición de Ian Curtis uno de los mejores ejemplos de un genio desperdiciadosino también, por la era de Factory Records y The Hacienda que consiguen que aquella época de Manchester sea un personaje más de la trama tanto como la banda misma. La historia de Joy Division parece una fuente inagotable de polémicas e incidentes y ha generado decenas de versiones, interpretaciones y teorías conspiratorias, llegando incluso a atraer a ladrones de tumbas.
Lanzado por primera vez en 2007, el documental Joy Division es probablemente la interpretación más amplia de este fenómeno que se ha hecho hasta ahora. Lejos de la recreación de 24 Hour Party People o de la brillante pero dramática Control, este documental constituye una recopilación de imágenes y testimonios de primera mano de los días que inspiraron a toda una generación de artistas. Para los fans se trata de una valiosa oportunidad para indagar en el legado de la banda y conocer detalles que de otro modo no estarían a su alcance. Sin embargo, para los protagonistas, la banda, los amigos y sus familias, el asunto es algo más complejo. La controversia y la intriga constante pueden crear la extraña sensación de que pedazos de su vida desaparecen diluidos en la leyenda.
Aprovechando que Joy Division se estrenó nuevamente en la BBC4 el 27 de febrero, quedamos con Stephen Morris, batería de Joy Division y New Order para hablar de qué le parece todo esto. Lejos de pensar en el pasado como algo gris, Morris recuerda a su banda como a un grupo de tipos felices y despreocupados y se muestra reflexivo acerca de sus inicios. Es consciente de las complejas preguntas que surgen cuando memoria y leyenda se confunden y de lo difícil que resulta en estos casos separar realidad de ficción y lo que hay entre ambas.

Noisey: Hola Stephen. Aparte de lo evidente, que teníais un sonido de la hostia capaz de capturar la esencia de una época, ¿por qué crees que perdura esa obsesión con Joy Division?
Stephen Morris: Porque es una historia inacabada. Esa es mi teoría. No tuvimos la oportunidad de hacer el puto tercer álbum. Nos quedamos congelados en el tiempo como una chispa de genialidad. Si la hubiéramos cagado haciendo un tercer álbum malo, nos hubiéramos separado e Ian se hubiera hecho actor. Si la historia hubiera tenido un desenlace natural, todo esto sería diferente. En lugar de eso, la puerta quedó abierta. Hay que usar la imaginación con Joy Division. Eso da lugar a que la gente piense e intente unir cabos y así se generan las leyendas.
¿Cómo es ver un capítulo de tu vida mitificado en películas y documentales?
Llega a ser jodidamente repetitivo. Es como si de algún modo cada vez que lo escucho o lo cuento se volviera más irreal. Cuando te detienes a pensar—como intento hacer últimamente—y tratas de recordar las cosas en el orden correcto, te das cuenta de que el orden de los sucesos que tú recuerdas no siempre coincide con el orden de los hechos documentados.
Es curioso cómo transformamos los recuerdos en relatos.
¡Y tanto! Es extraño cómo a veces la mente te la juega. Piensas "Juraría que esto sucedió en este edificio" y después te das cuenta de que ese edificio no fue construido hasta 1980, de modo que no pudo haber ocurrido ahí.
De todos modos, ¿te gusta involucrarte en ellos? A diferencia de en otros, en este documental eres tú el que cuenta la historia.
Conocíamos al escritor Jon Savage bastante bien. Sabía plantear las preguntas adecuadas ya que él también vivió aquella época, así que funcionó bastante bien. Es bastante diferente a Control y 24 Hour Party People que eran dramatizaciones. Sin embargo esto es lo que realmente pasó –o lo que parece que realmente pasó según lo recordamos–. Creo que si lo viera ahora sería bastante triste. Fue una de las últimas cosas que hizo Tony Wilson y Annik Honore (la novia de Ian Curtis) falleció recientemente también, así que es muy positivo que se plasmaran sus pensamientos en este documental
¿Es Manchester una especie de leitmotiv feo y romántico en la historia?
Supongo que podría decirse que en aquella época Manchester era gótico-romántico. Era otra de esas cosas que negábamos cuando componíamos, pero el entorno influye definitivamente en tu música. Manchester, los lugares que visitamos, los clubs. Mi recuerdo más vívido del Manchester de entonces es mirar a través de la ventana de la sala de ensayo y ver basura a un lado y lluvia al otro. Solo había edificios abandonados, en ruinas, la mayoría de los cuáles son ahora centros comerciales y restaurantes. Recuerdo calles muertas, ladrillo y hollín. Ahora todo es acero y cristal. Sin embargo, lo que Tony Wilson y Rob Gretton hicieron con Factory convirtieron a la ciudad en un lugar mítico. Nos dejaron hacer lo que queríamos hacer.
¿Recuerdas con cariño los días en los que erais una banda desconocida?
Nuestro local de ensayo era todo lo que teníamos. Era un viejo molino congelado. No hay nada más norteño que eso, pero cuando empezamos a tocar allí era genial. Nos sumergimos totalmente en ello. Joy Division solo existía cuando estábamos todos juntos en aquella habitación. Era la única manera de hacerlo en aquél momento. Cuando empezamos no teníamos ni grabadora. La música nació al juntarnos, estaba solamente en nuestras cabezas
Si no habíais grabado nada, ¿no discutíais sobe cómo iba una canción en concreto?
¡Oh sí ¡Pasaba constantemente. Aunque solíamos confiar en Ian porque era el único que escribía las cosas. El otro día estuve leyendo su libreta de letras y hay muchos fragmentos que me hicieron reír. Habíamos hecho anotaciones en ella. De hecho nos recuerdo haciéndolas. Habíamos escrito "cambio de clave" junto a la letra de una canción. Me hizo mucha gracia porque ninguno de nosotros tenía ni idea de lo que era un cambio de clave, simplemente sabíamos que era "algo musical". No teníamos ni idea.
Mucha gente en el documental dice que no teníais ni idea de lo que hacíais.
¡Es cierto, totalmente cierto! Es curioso, últimamente estamos editando muchos vinilos para el aniversario, por lo que he estado escuchando los álbumes otra vez. Y recordaba que mientras los hacíamos, nos decíamos constantemente: "No somos miserables, no estamos deprimidos". Ahora los escucho y pienso "¿Cómo podíamos no verlo? La gente decía que los álbumes eran oscuros y pensábamos 'pero si somos un grupo de tíos felices y despreocupados' porque creíamos que era así". De algún modo estábamos bastante desvinculados de lo que creábamos. Podría parecer ridículo tratar de defender esto ahora, pero de verdad que lo pensábamos.
¿Tienes problemas al recordar ciertos sucesos, en especial algunas pérdidas?
Una vez más, resulta curioso. Las cosas con las que crees que no tendrás problemas, suelen ser las peores. Hablar de los hechos no resulta problemático, pero cuando empiezo a pensar en qué estaba haciendo aquel día, cuando acudo a ese lugar de mi memoria, todo parece extraño. Cuanta más gente cuenta la historia, más alejado me siento de ella, pero cuando hablo de ella como de algo que me pasó a mí, sí que puede resultar algo duro.
¿Qué piensas de que la gente quiera comprar la casa de Ian Curtis en Macclesfield?
Estoy de acuerdo en que habría que hacer algo con Macclesfield. Hay mucha gente que viene por Joy Division, pero la idea de hacer algo en casa de Ian no me parece bien. Estaría bien hacer algo porque la puta Macclesfield necesita algo, pero hacer cualquier cosa en casa de Ian sería un tanto macabro. No quiero alimentar esa morbosa obsesión porque además él no era para nada así. Ninguno de nosotros, de hecho. Quizá pueda parecer contradictorio escuchando nuestra música, pero es así. 

Fuente: http://www.vice.com/es/read/stephen-morris-joy-division-645?utm_source=vicefbes

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