Los cuatro integrantes del grupo español indie Delorean han sido liberados tras haber sido víctimas de un secuestro virtual en la Ciudad de México, donde se hallaban como parte de una gira por el continente americano, según han confirmado fuentes policiales. Mediante una llamada de teléfono exigieron inicialmente un rescate de 5 millones de pesos (unos 300.000 euros) a los familiares de los miembros de la banda musical originaria de Zarautz (Gipuzkoa), que habían viajado al país latinoamericano para participar en el Mutek, un conocido festival de música electrónica y cine celebrado la semana pasada. Finalmente rebajaron sus peticiones a 10.000 euros. En las dos últimas semanas, es el tercer caso de este tipo que sufren ciudadanos españoles en México.
Los secuestradores telefonearon a los músicos y, tras hacerse pasar por agentes de seguridad, les indicaron que corrían riesgo en ese establecimiento y les aconsejaron que se trasladaran a otro hotel. Estando ya en este segundo hotel, los delincuentes les dijeron que estaban secuestrados y que no alertaran a nadie. Siguiendo las indicaciones de los chantajistas, uno de los artistas fue a una tienda cercana y compró un teléfono móvil mexicano, a través de que recibían instrucciones de los secuestradores. A continuación, un miembro de la red criminal contactó con familiares de los cuatro músicos y demandó el pago de un rescate por su liberación.
Después de 48 horas de zozobra en la familia ante la falta de noticias, la sección de Secuestros de la Comisaría General de Policía Judicial y la Ertzaintza han logrado determinar que los músicos están en buen estado, en libertad, tras haber sufrido esta modalidad de secuestro, basada más en la sugestión de la víctima que en la coacción física. Sin embargo, a las siete de la tarde todavía se desconoce su paradero y detalles de la peripecia que han vivido en los últimos días.
Desde el principio, la policía española temió que los miembros de Delorean hubieran sido víctimas de un secuestro virtual, una estratagema en la que un extorsionador hace creer a la víctima y a su familia que están viviendo una situación de riesgo que no existe. En este tipo de secuestro, la víctima es engañada por los delincuentes, que, mediante contactos telefónicos, consiguen mantenerla encerrada bajo amenazas, mientras exigen el pago de un rescate a su familia.
Samuel González, profesor de la Universidad Autónoma de México (UNAM) y experto en seguridad pública, explica que este tipo de delitos son más frecuentes de lo que se cree: "Es una modalidad de extorsión. Llaman a las víctimas y les dicen que si no se aíslan en un hotel, por ejemplo, las van a dañar. Le piden que apague su celular y después llaman a su familia diciéndole que está secuestrado. Es un engaño, pero funciona. La gente prefiere no arriesgarse y deposita el dinero", cuenta González. ¿Cómo puede caer alguien en un engaño así? "Si te llaman en otro país te parece una broma de mal gusto, pero en México ya es otra cosa. Aquí ocurren secuestros a diario. Hay complicidad entre policías y secuestradores. Todo eso crea una psicosis que abona este tipo de llamadas".
Esta misma semana se conoció el caso de un empresario catalán que también había sido retenido virtualmente y a cuya familia los extorsionadores exigían un millón de pesos (60.000 euros). Un buen número de estas extorsiones provienen de la cárcel de Altamira en Tamaulipas, en el noreste del país, pese a que los presos tienen prohibido, teóricamente, el acceso a teléfonos celulares.
El grupo Delorean se hospedaba en el hotel Four Points, situado en la calle de Álvaro Obregón de la colonia Roma, un céntrico barrio residencial y de oficinas. El pasado viernes actuaron a las diez de la noche en el museo Cuatro Caminos, en Tlaneplanta, una ciudad del Estado de México, la región que incluye una zona superpoblada que rodea al Distrito Federal. El sábado, los integrantes del grupo se sometieron a las preguntas de los periodistas en la sala de prensa que los organizadores del festival tienen cerca del hotel. Podrían haber hecho el recorrido de un sitio a otro a pie. Ese día estaban haciendo planes para visitar las pirámides de Teotihuacan, una zona arqueológica situada a una hora de la ciudad. Negociaban con un taxista el precio por llevarles al monumento, una visita casi obligada para los turistas que pasan unos días en la capital mexicana.
Un trabajador de una empresa que lleva las relaciones con la prensa del festival fue el encargado de asistir a los españoles durante su estancia en el país. Los acompañó en su encuentro con los periodistas y al día siguiente, el domingo, se cruzó con ellos sobre las once de la mañana en la puerta del hotel. Le dijeron que iban a ir a desayunar y se despidieron. Desde entonces no volvió a saber nada de ellos. Hasta hoy.
Tras la llamada de un desconocido que aseguraba tenerlos “agarrados”, los familiares presentaron una denuncia en la Ertzaintza, la policía autónoma vasca. Tres inspectores del Cuerpo Nacional de Policía se desplazaron el lunes por la tarde desde Madrid a Guipuzkoa para colaborar en la investigación. La policía mexicana estuvo la tarde del lunes comprobando las habitaciones donde se hospedaban los artistas, según confirmó una portavoz del hotel.
El grupo, compuesto Ekhi Lopetegi (voz y bajo), Guillermo Astrain (guitarra), Unai Lazcano (teclados) e Igor Escudero (batería), debería haber puesto el lunes rumbo a San Francisco (EE UU), donde iban a actuar en la sala The Independant, en el 268 de Divisadero Street. Sin embargo, pasado el mediodía no habían efectuado el registro de salida en la recepción del hotel. El consejero de Interior de la Embajada de España en México no quiso hacer declaraciones alegando que había una investigación policial en curso. De madrugada en redes sociales comenzó a especularse sobre los motivos por los que el grupo musical español había cancelado las actuaciones que tenía programadas en varias ciudades estadounidenses.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) hizo públicos la semana pasada unos datos que asombraron incluso a los más pesimistas sobre el número de secuestros que sufre el país. El organismo oficial estima que en 2012 se produjeron unos 105.000 raptos, uno por cada 1.000 habitantes. El dato se logró en base a encuestas en hogares. Hay analistas que consideran exagerada la estimación. La Ciudad de México, donde se ha producido el rapto, está considerada una urbe ajena a la violencia desatada en el resto del país aunque el rapto y posterior asesinato de 13 jóvenes, el pasado mayo, en una céntrica discoteca empezó a resquebrajar esa imagen.
Delorean, que acaba de publicar el disco Apar, emergió como banda en 2000, cuando eran apenas unos adolescentes. Se dieron a conocer internacionalmente en 2009 con el maxi-single Ayrton Senna y el LP Subiza. La cadena de televisión estadounidense ABC News dijo de ellos en su sección musical: “Hay muchos grupos haciendo algo parecido ahora mismo pero nadie mejor que Delorean”. Una de las publicaciones más prestigiosas del sector, Pitchfork, los colocó en el Best New Track con la puntuación más alta de la semana otorgada a una canción. La banda tenía programada para estas fechas una gira con más de 30 conciertos por Estados Unidos y Canadá y que tenía previsto finalizar el 15 de noviembre en Tokio (Japón).
Si bien los ataques a extranjeros no son algo frecuente en México, el país vive desde la legislatura anterior (2006-2012) una situación compleja por la violencia vinculada a las actividades del crimen organizado. El secuestro del grupo musical coincide con otros sucesos puntuales que han afectado a españoles en México. En mayo fueron asesinados dos comerciantes de ropa españoles de ruta por Sinaloa, al norte del país, un lugar poco recomendado para llevar a cabo tareas de compra y venta. Meses antes, en febrero, fueron agredidas sexualmente seis chicas españolas en la ciudad turística de Acapulco, en la costa del Pacífico mexicano.
Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2013/10/08/actualidad/1381230528_971096.html
Los secuestradores telefonearon a los músicos y, tras hacerse pasar por agentes de seguridad, les indicaron que corrían riesgo en ese establecimiento y les aconsejaron que se trasladaran a otro hotel. Estando ya en este segundo hotel, los delincuentes les dijeron que estaban secuestrados y que no alertaran a nadie. Siguiendo las indicaciones de los chantajistas, uno de los artistas fue a una tienda cercana y compró un teléfono móvil mexicano, a través de que recibían instrucciones de los secuestradores. A continuación, un miembro de la red criminal contactó con familiares de los cuatro músicos y demandó el pago de un rescate por su liberación.
Después de 48 horas de zozobra en la familia ante la falta de noticias, la sección de Secuestros de la Comisaría General de Policía Judicial y la Ertzaintza han logrado determinar que los músicos están en buen estado, en libertad, tras haber sufrido esta modalidad de secuestro, basada más en la sugestión de la víctima que en la coacción física. Sin embargo, a las siete de la tarde todavía se desconoce su paradero y detalles de la peripecia que han vivido en los últimos días.
Desde el principio, la policía española temió que los miembros de Delorean hubieran sido víctimas de un secuestro virtual, una estratagema en la que un extorsionador hace creer a la víctima y a su familia que están viviendo una situación de riesgo que no existe. En este tipo de secuestro, la víctima es engañada por los delincuentes, que, mediante contactos telefónicos, consiguen mantenerla encerrada bajo amenazas, mientras exigen el pago de un rescate a su familia.
Samuel González, profesor de la Universidad Autónoma de México (UNAM) y experto en seguridad pública, explica que este tipo de delitos son más frecuentes de lo que se cree: "Es una modalidad de extorsión. Llaman a las víctimas y les dicen que si no se aíslan en un hotel, por ejemplo, las van a dañar. Le piden que apague su celular y después llaman a su familia diciéndole que está secuestrado. Es un engaño, pero funciona. La gente prefiere no arriesgarse y deposita el dinero", cuenta González. ¿Cómo puede caer alguien en un engaño así? "Si te llaman en otro país te parece una broma de mal gusto, pero en México ya es otra cosa. Aquí ocurren secuestros a diario. Hay complicidad entre policías y secuestradores. Todo eso crea una psicosis que abona este tipo de llamadas".
Esta misma semana se conoció el caso de un empresario catalán que también había sido retenido virtualmente y a cuya familia los extorsionadores exigían un millón de pesos (60.000 euros). Un buen número de estas extorsiones provienen de la cárcel de Altamira en Tamaulipas, en el noreste del país, pese a que los presos tienen prohibido, teóricamente, el acceso a teléfonos celulares.
El grupo Delorean se hospedaba en el hotel Four Points, situado en la calle de Álvaro Obregón de la colonia Roma, un céntrico barrio residencial y de oficinas. El pasado viernes actuaron a las diez de la noche en el museo Cuatro Caminos, en Tlaneplanta, una ciudad del Estado de México, la región que incluye una zona superpoblada que rodea al Distrito Federal. El sábado, los integrantes del grupo se sometieron a las preguntas de los periodistas en la sala de prensa que los organizadores del festival tienen cerca del hotel. Podrían haber hecho el recorrido de un sitio a otro a pie. Ese día estaban haciendo planes para visitar las pirámides de Teotihuacan, una zona arqueológica situada a una hora de la ciudad. Negociaban con un taxista el precio por llevarles al monumento, una visita casi obligada para los turistas que pasan unos días en la capital mexicana.
Un trabajador de una empresa que lleva las relaciones con la prensa del festival fue el encargado de asistir a los españoles durante su estancia en el país. Los acompañó en su encuentro con los periodistas y al día siguiente, el domingo, se cruzó con ellos sobre las once de la mañana en la puerta del hotel. Le dijeron que iban a ir a desayunar y se despidieron. Desde entonces no volvió a saber nada de ellos. Hasta hoy.
Tras la llamada de un desconocido que aseguraba tenerlos “agarrados”, los familiares presentaron una denuncia en la Ertzaintza, la policía autónoma vasca. Tres inspectores del Cuerpo Nacional de Policía se desplazaron el lunes por la tarde desde Madrid a Guipuzkoa para colaborar en la investigación. La policía mexicana estuvo la tarde del lunes comprobando las habitaciones donde se hospedaban los artistas, según confirmó una portavoz del hotel.
El grupo, compuesto Ekhi Lopetegi (voz y bajo), Guillermo Astrain (guitarra), Unai Lazcano (teclados) e Igor Escudero (batería), debería haber puesto el lunes rumbo a San Francisco (EE UU), donde iban a actuar en la sala The Independant, en el 268 de Divisadero Street. Sin embargo, pasado el mediodía no habían efectuado el registro de salida en la recepción del hotel. El consejero de Interior de la Embajada de España en México no quiso hacer declaraciones alegando que había una investigación policial en curso. De madrugada en redes sociales comenzó a especularse sobre los motivos por los que el grupo musical español había cancelado las actuaciones que tenía programadas en varias ciudades estadounidenses.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) hizo públicos la semana pasada unos datos que asombraron incluso a los más pesimistas sobre el número de secuestros que sufre el país. El organismo oficial estima que en 2012 se produjeron unos 105.000 raptos, uno por cada 1.000 habitantes. El dato se logró en base a encuestas en hogares. Hay analistas que consideran exagerada la estimación. La Ciudad de México, donde se ha producido el rapto, está considerada una urbe ajena a la violencia desatada en el resto del país aunque el rapto y posterior asesinato de 13 jóvenes, el pasado mayo, en una céntrica discoteca empezó a resquebrajar esa imagen.
Delorean, que acaba de publicar el disco Apar, emergió como banda en 2000, cuando eran apenas unos adolescentes. Se dieron a conocer internacionalmente en 2009 con el maxi-single Ayrton Senna y el LP Subiza. La cadena de televisión estadounidense ABC News dijo de ellos en su sección musical: “Hay muchos grupos haciendo algo parecido ahora mismo pero nadie mejor que Delorean”. Una de las publicaciones más prestigiosas del sector, Pitchfork, los colocó en el Best New Track con la puntuación más alta de la semana otorgada a una canción. La banda tenía programada para estas fechas una gira con más de 30 conciertos por Estados Unidos y Canadá y que tenía previsto finalizar el 15 de noviembre en Tokio (Japón).
Si bien los ataques a extranjeros no son algo frecuente en México, el país vive desde la legislatura anterior (2006-2012) una situación compleja por la violencia vinculada a las actividades del crimen organizado. El secuestro del grupo musical coincide con otros sucesos puntuales que han afectado a españoles en México. En mayo fueron asesinados dos comerciantes de ropa españoles de ruta por Sinaloa, al norte del país, un lugar poco recomendado para llevar a cabo tareas de compra y venta. Meses antes, en febrero, fueron agredidas sexualmente seis chicas españolas en la ciudad turística de Acapulco, en la costa del Pacífico mexicano.
Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2013/10/08/actualidad/1381230528_971096.html
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