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Al parecer Bono, el nefasto cantante de U2 e ícono de las “celebridades humanitarias”, ha comprobado que la filantropía puede ser un negocio altamente redituable. De acuerdo con datos publicados por el diario The New York Post, ONE, la fundación que encabeza este músico, maneja extrañamente sus finanzas –de acuerdo a los números esta organización filantrópica recibe ochenta veces más dinero del que canaliza a las causas sociales que supuestamente apoya.
Durante 2008, ONE obtuvo $14,993,873 de los cuales sólo $184,732 fueron distribuidos entre los proyectos de caridad que supuestamente apoyan, mientras que más de ocho millones de dólares se utilizaron en sueldos de empleados y ejecutivos. Esto quiere decir que sólo el 1.23% de los fondos que recibió la fundación se utilizaron para lo que realmente debieran de destinarse. La matemática no miente, Bono es un farsante.

Curiosamente, mientras esto ocurre, Bono busca que toda la atención se centre en sus vistosas exigencias para que el gobierno de Barack Obama concrete la donación de $6 mil millones de dólares para combatir la enfermedad en África. En 2010 fue ampliamente criticado en Nueva York, tras regalar a una multitud de periodistas un opulento obsequio: una caja de sofisticado diseño que contenía una botella de agua estilizada y bolsas de café de Starbucks con un valor de $15 dólares, además de lujosas galletitas. Pero también se incluía en la caja un documento informando que la mayoría de los niños africanos viven con $1.25 dólares al día. Tal vez nadie le avisó a Bono que una sola de las galletitas que incluía su fastuoso regalo a la prensa, valía más que la despensa diaria de un niño africano.
Una popular anécdota en torno a la poco genuina generosidad de este ícono, refiere a un concierto de U2 durante el cual nuestro héroe fallido alienta al público a aplaudir. Una vez que el foro completo esta aplaudiendo al unísono, Bono grita “Cada vez que aplaudo un niño de África muere”. De pronto, y antes de que los fanáticos pudiesen reaccionar celebrando el discurso de su ídolo, se escucha una voz que grita “Entonces deja de aplaudir imbécil”. Más allá del carácter cómico de esta historia, lo cierto es que refleja en buena medida el contradictorio alarde del irlandés en torno a su discurso y sus acciones.
En otra extraña manifestación de su bipolaridad, resulta que Bono se ha autovangloriado por el rol político que ha desempeñado en su natal Irlanda, donde supuestamente ha contribuido ha promover alianzas políticas y mitigar la histórica violencia interreligiosa. Además, ha incentivado a que el gobierno de este país realice cuantiosas donaciones a otra iniciativa de la cual es portavoz, Millenium Development. Pero simultáneamente mueve la operación financiera de su banda a Holanda, para así evitar el estricto régimen fiscal irlandés –un gesto de diplomática evasión y desinterés por contribuir con la economía local, y así acumular mayores ganancias no obstante que su banda es uno de los proyectos musicales más rentables de las últimas décadas.

Pero esta no es la primera vez que Bono recurre a prácticas cuestionables, un desfasado complemento a su mesiánico discurso de celebridad salvadora. Con anterioridad hemos reportado en este medio algunos de estos casos. Por ejemplo, el haberse pronunciado públicamente en contra de la descarga libre de música en internet a petición de las grandes disqueras, o el hecho de que su marca de ropa para incentivar la producción en África sea manufacturada en China. También denunciamos que a pesar de su ya famoso discurso ecologista Bono, al igual que otras celebridades humanitarias, generan mayor contaminación con sus lujosos estilos de vida que miles de miembros de la sociedad civil juntos. Por cierto, recientemente se denunció que Bono se asocia con Monsanto y el G8, para impulsar cultivos de alimentos genéticamente modificados en África.
¿Pero cuáles podrían ser las causas que motivan este comportamiento de Bono?. ¿Es realmente este tipo un Lord malvado que encarna sombrías causas emitidas desde los más altos niveles de poder? ¿Habra inocentemente confundido el papel del mítico heroe Robin Hood quien tomaba de los ricos para dar a los pobres, y ahora se dedica a tomar de los ricos para el hacerse aún más rico? ¿O más bien se trata, simplemente de un sociópata afectado por un ego todavía mayor a la huella de carbono que deja su pretencioso lifestyle?

Fuente: http://pijamasurf.com/2010/09/bono-el-falso-filantropo/